Un texto de-generado. Quiere tratar de todo. Absolutamente de todo. Cosa insual. Un experimento. Un modo Chillys Willys de emplear este medio de comunicación. El medio eléctrico. Desde lo subalterno, desde los márgenes. Desde el afuera contracultural posible. Sobre el valle Central de Oaxaca y su sociocultura, teniendo como centro de interés la comunidad de Santo Tomás Jalieza. Ciencia(s) de la comunicación. Gastronomía histórica. Información. Entretenimiento. Ficción.

Wednesday, September 07, 2005

(CINCO)

En esta entrega presentamos dos fotos de la Piedra del Pie de Rayo, acompañadas por el texto que Josef Otto le dedica en la revista StoneWatch (www.stonewatch.de), allí se explica su importancia.

La gente de Santo Tomás conoce esta piedra como del Pie de Rayo porque hay toda una leyenda al respecto, donde el Rayo se enamora de la Luna y la persigue buscando sus quereres. Pero la verdad es que todavía no hemos tomado nota de ello. En realidad, nosotras acabamos de descubrir la existencia de esta otra piedra antigua e importante y estamos comenzando a estudiarla con cuidado. Ojalá alguien de por allá nos haga llegar un relato de la leyenda, para incluirlo en este informe.

Esta otra piedra antigua de Santo Tomás Jalieza se encontraba también en el campo próximo al poblado, como a medio kilómetro de las piedras de Letras y de Estrellas, ahora se encuentra en el centro del pueblo. Fue removida del sitio en que se encontraba porque durante nuestra visita de junio, que fue la primera vez que nosotras la vimos, la encontramos rota en una de sus orillas. Seguramente alguien le dio un golpe con un cincel, suponemos que para tratar de separar la huella que allí aparece. El golpe se puede ver en la foto 05-A, arriba a la izquierda. Por ello el ayuntamiento que preside el doctor Mendoza decidió llevarla al edificio de la Presidencia Municipal, para poder vigilarla y protegerla de otras agresiones vandálicas.

Algo interesante es que en torno a esta piedra se han reunido las gentes de Jalieza desde tiempos efectivamente inmemoriales. Allí han jugado y recolectado azucenas todas las generaciones que han habitado en Santo Tomás. De niños, todos allí midieron su pie, metiéndolo en el hueco de la huella, en una acción como la del cuento de la Cenicienta. Cuando nosotras estuvimos allí en junio Bella Bella, que en ese momento cumplía años, metió el pie izquierdo y resultó ser del justo tamaño de la huella, coincidiendo en estatura, peso y edad con los estudios de Josef Otto y su equipo; ahora suponemos que en cualquier momento la puede llegar a buscar un príncipe de toba volcánica, probablemente alguien como la Mole de los Cuatro Fantásticos.

Desde esa visita nos hemos enterado de que hay piedras con huellas similares en distintas poblaciones del valle central. Aunque en realidad no pudimos ver en persona ninguna de ellas. También después nos enteramos de que la investigadora inglesa mencionada en el texto de Otto encontró una huella similar a unos ciento cincuenta kilómetros de la ciudad de México; pero no tenemos más información al respecto.

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