Un texto de-generado. Quiere tratar de todo. Absolutamente de todo. Cosa insual. Un experimento. Un modo Chillys Willys de emplear este medio de comunicación. El medio eléctrico. Desde lo subalterno, desde los márgenes. Desde el afuera contracultural posible. Sobre el valle Central de Oaxaca y su sociocultura, teniendo como centro de interés la comunidad de Santo Tomás Jalieza. Ciencia(s) de la comunicación. Gastronomía histórica. Información. Entretenimiento. Ficción.

Tuesday, September 06, 2005

(OCHO)

A Santo Tomás Jalieza nos condujo el interés por estudiar sus piedras antiguas.

Ahora nos interesa estudiar más, mucho más, incluso más que toda la vida y toda la historia de Jalieza y el valle central.

Por eso, antes tratar de ir más lejos, aquí presentamos la síntesis de nuestra investigación general sobre esas piedras. Mensajes de un mundo antiguo y distante.

Todo lo que ahora, después de tres años de estudiarlas digamos que desde lejos, sabemos sobre estas piedras.

Entonces…

Las piedras antiguas de Jalieza, según entendemos nosotras, son nueve (9) en total, y están reunidas en cinco (V) grupos y sitios, a saber…

En el primer grupo (I) está la más antigua de todas, la Piedra del Pie de Rayo (1), quizá con una antigüedad inusitada. Una piedra como de media tonelada que se encontraba “originalmente” al noreste del pueblo de Santo Tomás, casi debajo de las montañas; pero que ahora se encuentra protegida por la comunidad en el edificio del Ayuntamiento, en el centro del pueblo. Quizá su antigüedad, según entendemos ahora, llegue a tener más de 25,000 años. Por eso es anormal e inquietante, modifica muchas cosas sobre el pasado de los seres humanos en el continente americano. Resulta difícil saber cómo se produjo la marca de esta huella de pie izquierdo sobre la superficie de la piedra; pero, evidentemente, es el paso de un ser humano marcado sobre la materia aún blanda de carácter volcánico. Hace poco el grupo de Josef Otto nos hizo saber de la existencia de muchas más huellas de este tipo, quizá unas doscientas, encontradas a unos 170 kilómetros de la ciudad de México por el equipo de investigación de la doctora Silvia Gonzales de la Universidad de Liverpool. De allí resulta inquietante establecer cómo llegó hasta allá la piedra de Jalieza. Lo que parece indudable es que las civilizaciones americanas prehispánicas se originaron al mismo tiempo, ni antes ni después, que las de Asia, Africa y Europa.

En segundo lugar está el grupo (II) de las piedras de Letras (2), de Círculos (3), de Estrellas (4) y del Metate (5), que se encuentran una cerca de la otra al norte del pueblo, también debajo de las montañas, en el Llano de la Azucena. Junto con el siguiente grupo parecen ser productos efectivamente prehispánicos, aunque resulta muy difícil establecer con alguna certeza su cronología real. La Piedra del Metate recibe este nombre por una sospecha o hipótesis nuestra, que eso ve labrado en ella, un metate para moler semillas y otras cosas; pero también puede significar muchas otras cosas, como un asiento o trono, si no es que un altar, por ejemplo.

El tercer grupo (III), lo integran las piedras del Jaguar (6) y del Danzante (7), que actualmente se encuentran en el Mercado de Artesanías, en el centro del pueblo. Nadie puede situar con exactitud dónde estuvieron originalmente estas dos piedras, ya que ambas aparecieron en diversas casas del pueblo durante el siglo XX. Según las investigaciones de Josef Otto, es probable que la piedra del Jaguar estuviera ubicada donde están las cuatro del segundo grupo. Pero en realidad aún sólo es posible especular sobre el significado y la cronología de estos mensajes escritos sobre piedra. Lo cierto es que la estirpe o familia del Jaguar constituye un elemento central en las civilizaciones prehispánicas del período clásico, situado ente los años 200 y 900 de nuestra era. Así que la Piedra del Jaguar debe tener que ver con el acto de gobernar, que entonces nosotras queremos ligar con la política justa y correcta, con el buen modo de gobernar de verdad, porque es necesario gobernar para que haya sociedad humana, ya que de eso trata precisamente el contrato social, y todo eso.

Cuarto grupo (IV), la piedra de Mármol (8), que se encuentra en el campo, al norte del pueblo, un poco más cerca de éste que las del segundo grupo. Es una piedra redonda de mármol blanco, visiblemente trabajada por manos humanas. Debe haber servido como apoyo para un torno de cerámica, así que es muy probable que provenga de la era novohispana. Por ahora es imposible tratar de fechar su origen con mayor exactitud.

Quinto (V) y último grupo, la piedra de Colores (9). Una piedra de granito volcánico, quizá del mismo tamaño y peso que la del Pie del Rayo, pero ésta no tiene marcas de trabajo humano. Parece ser sólo una piedra; pero una piedra interesante y bella por su constitución. Da la apariencia de ser una gelatina de piedra con otras piedras como si fueran pedazos de fruta o de otra gelatina incrustados en ella. Se encuentra ya en las montañas cercanas al pueblo, al nor-noreste, donde se forma una herradura de cerros junto a Santo Tomás. Debe pesar cerca de una tonelada. Hay toda una compleja leyenda sobre su significado e historia, pues se supone que servía para marcar una especie de frontera mágica entre Santo Tomás y los pueblos que compiten con él en el trabajo artesanal y mercantil. Como alguien la consideró diabólica, dice la leyenda, un día un sacerdote la bendijo con agua bendita, de modo que la piedra original estalló y cambió de lugar, desde entonces ya fue posible cruzar esa frontera.

Estas son las nueve piedras antiguas que han atraído nuestra atención y que de una u otra manera nos han hecho llegar hasta allá, hasta Santo Tomás Jalieza, un pueblito bello y verdaderamente sin igual, como esperamos mostrar con este informe. Un pueblito que nos hace salir con sentido de nuestra gran ciudad de México y su sociocultura centralista. Próximo y distante, claro y oscuro, como todo lo que tiene sentido en esta vida, que siempre resultará ser mucho más de lo que imaginamos, para nuestro bien y fortuna. Mientras haya signos y signifiquen. Según parece.

Por eso ahora queremos hablar un poco más sobre nuestra primera visita de varios días a ese lugar que ahora ya es tan importante para nosotras tres, pues, como esperamos demostrar aquí, le ha dado un sentido trascendente a nuestras investigaciones. Ciencia de la comunicación. Conocimiento de los signos y sus códigos, para comprender lo que ponen en juego, y jugarlo mejor como comunicaciones. Es decir, al fin y al cabo, algo más racional y políticamente correcto, según nuestras posibilidades y necesidades. Que de eso trata el discurso que desea tener que ver con todos los discursos, para hacerles ser en efecto lo que son, discursos. Como éste.

Así que en esta octava entrega de este Informe sobre Oaxaca y Jalieza presentamos una foto (la 08-A) donde aparecemos las Chillys Willys junto con el grupo de tres estudiantes de la Universidad del Claustro de Sor Juana que nos acompañaron durante la visita que hicimos a Santo Tomás el pasado mes de junio: Ixchel y Gad, del actual octavo semestre de la licenciatura en Comunicación audiovisual, y Maricarmen, del séptimo semestre de la licenciatura en Ciencias humanas y de la cultura. Tres acompañantes, tres testigos, tres apoyos de investigación, tal como es nuestro proyecto general, que desea producir todo en forma colectiva, siempre con otras personas, nunca a solas. Y en esta imagen fotográfica nos encontramos comiendo las cinco personas de nuestro grupo en la casa de nuestro acompañante, guía y amigo, el licenciado Claudio Gómez, amable y bella casa de Santo Tomás donde prácticamente durante todos los días de nuestra visita nos dio muy bien de comer su amable esposa, la señora Ignacia Hernández Mendoza, una magnífica cocinera, como aquí iremos contando poco a poco. Claudio mismo es quien tomó esta foto. El orden en que aparecemos en la mesa de su casa, de izquierda a derecha es: Gad, Ixchel, Gloria (Bella Bella), Adela (Hermanita), Salvador (Mendiola) y Maricarmen.

Entonces…

Llegar a Jalieza, ya decimos aquí, ha sido un acontecimiento trascendental para nosotras. Algo de veras importante y por ello mismo muy difícil de explicar, de ahí la extensión y complicación de este informe. Porque en realidad apenas comenzamos a conocer este objeto de estudio que es la historia y la sociocultura del valle central interpretadas desde allí, desde el pueblo de Santo Tomás Jalieza. Una cuestión compleja de antropología psicosemiótica radical. Como explica este escrito, poco a poco. Por segmentos. Querer interpretar la vida humana, desde el análisis de fragmentos o segmentos de ella, fragmentos concretos, elegidos por mil y una buenas razones científicas y artísticas, poéticas, en nuestra acción ritual por expresar el sentido de la vida. Aún ahora, en medio del nihilismo galopante. Cuando todo es nada. Querer establecer este sentido con sentido. Así.

Cuando escribimos este octavo segmento del informe ya han pasado casi dos meses de que estuvimos en Santo Tomás las seis personas que aparecemos en la foto 08-A. Fueron seis días y cinco noches para las Chillys Willys, tres días y dos noches para las estudiantes.

Por cortesía del Ayuntamiento que preside el doctor Nicéforo Mendoza Mendoza nos alojamos todas en el Auditorio Municipal. Allí dormimos en dos oficinas del primer piso. Sobre unas colchonetas que consiguió ex profeso el doctor Mendoza, las tres Chillys Willys; en una de las habitaciones; y dentro de una casa de campaña y en bolsas de dormir: Maricarmen, Ixchel y Gad, en la otra habitación.

El Auditorio es un lugar interesante por muchos motivos. Es la construcción más grande de Santo Tomás. Es el sitio de reunión cívica más importante. Allí se reúnen todos los habitantes por diversas razones y de muchas maneras. Constituye un símbolo de su ser político, de usos y costumbres. Símbolo de una comunidad unida, porque son pocas personas y están acostumbradas a vivir juntas desde siempre, al menos en apariencia, pero en efecto para lo más importante, que es la vida cotidiana en comunidad. Cosa que estamos comenzando a identificar y comprender desde muy afuera y muy lejos, pero con la intención de pensar desde allí nuestra democracia, tanto la todavía nacional y concreta como la todavía no internacional por completo y, por tanto, ideal, utópica… nuestra democracia, real y deseada, contradictoria pero en definitiva real, concreta. Que ocurre. De este modo. También aquí.

Comimos casi siempre en la casa de la familia de Claudio Gómez, secretario particular del presidente municipal. Allí guisó para nosotras, como ya dijimos, la señora Ignacia Hernández Mendoza, esposa de Claudio y madre de Claudia y Cecilia. Una magnífica cocinera, que toda su vida se ha dedicado con gusto a ello. Y que de muchas maneras nos manifestó el gusto que le causó darnos a probar sus guisos, los de la vida cotidiana de Jalieza, como le pedimos desde que la vimos. Pero también tuvimos la oportunidad de almorzar y comer el segundo día que allí estuvimos en el comedor Los Huamuches, que se encuentra a un lado de la carretera que va de Oaxaca a Puerto Ángel. Y una noche, la del día de nuestra llegada a Santo Tomás, comimos rico pozole rojo en la casa de los padres de la señora Ignacia, esposa de Claudio, pues ese día cumplía años su mamá; allí tuvimos oportunidad de conversar con su padre, el señor Gelasio Hernández, cohetero profesional. Quien nos contó cómo se hizo cohetero para cumplir con los contratos de su padre, que era muy bebedor. Y otra noche, la segunda que pasamos allí, comimos tlayudas y bebimos refrescos de marca en nuestra habitación del Auditorio, pues allí mismo recibimos la visita del Ayuntamiento Municipal en pleno; ellos fueron quienes llevaron la cena.

Uno de nuestros objetivos de investigación en esa visita era conocer la comida cotidiana de Santo Tomás. Por ello, el presidente Mendoza Mendoza nos propuso que desayunáramos, comiéramos y cenáramos con doña Ignacia Hernández Mendoza, ya que ella es una de las mejores cocineras de Santo Tomás, cosa que pudimos comprobar con creces durante nuestras visitas a su casa. Sus dotes culinarias son muy apreciadas por el pueblo entero, según pudimos comprender con nuestra estancia en su casa. También así fue como tuvimos oportunidad de conocer a la familia de Claudio, integrada por doña Ignacia y sus dos hijitas, Claudia, la mayor, y Cecilia, la menor; les vemos a estas cuatro personas en la foto 08-B, tomada por Hermanita, en el Llano de la Azucena, junto a las piedras de Letras, Círculos, Metate y Estrellas, el último día de nuestra visita de estudios.

Y en la foto 08-C, tomada por Gad de la Peña, nos vemos, de izquierda a derecha: Maricarmen, Bella Bella, Hermanita, Ixchel Solís y Mendiola. Vamos en camino las seis hacia las piedras de Letras, Círculos, Metate y de Estrellas, para comprobar nuestras investigaciones. De manera que con estas personas, estudiantes de la Universidad del Claustro de Sor Juana, ahora integramos el Taller Tajimara de Ciencia de la Comunicación (TTCC), algo de lo que hablaremos con detalle un poco más adelante en este informe.

Así resulta que en este punto de nuestro relato emergen, ya en forma intensa, las emociones y los sentimientos de haber estado allí. La vivencia que tenemos ahora de Jalieza. Pues fue muy emocionante y enternecedor estar allí. Una cuestión que complica el sentido de todo esto, ya que nos obliga a cuestionar el sentido de objetividad neutral que demanda la ciencia antropológica institucional. Cuestión sobre la que ahora queremos reflexionar.

¿Se puede ser sólo un termómetro? ¿Un mecanismo de veras objetivo? ¿Una cosa así? ¿Se puede renunciar de veras a la propia subjetividad? ¿Tiene sentido intentarlo? ¿Para hacer ciencia verdadera es necesario borrar al sujeto? ¿Cómo? ¿Y qué se gana con ello?

Estas preguntas nos agobian un poco. Nos llevan a preguntar muy en serio: ¿qué estamos haciendo con todo esto? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿En dónde estamos? ¿Qué pretendemos? ¿Qué queremos? ¿Cuál es nuestra demanda y cuál es nuestro deseo? ¿Qué esperamos obtener con todo esto de Oaxaca y Jalieza? ¿Lo podemos responder nosotras? Por momentos parece que no, que nosotras no podemos dar respuesta a estos cuestionamientos. Sin embargo, pensado con más calma, lo importante, ahora, es intentar responder estas cuestiones, aunque sea sólo de manera tentativa y provisional. Dar una respuesta, algo. Pues el resultado final de estos cuestionamientos está en manos de quienes reciben este mensaje. Ustedes pueden ver mejor lo que ocurre y entender mejor si estamos logrando nuestros objetivos. O así queremos creer ahora. Que ustedes ya saben de qué se trata todo esto. Y que nos pueden ayudar para hacerlo bien. Con sus lecturas y comentarios. En tanto éste es un texto abierto, un dispositivo sin punto de cierre o conclusión, abierto a la interacción crítica. Como nosotras aquí deseamos de manera manifiesta.

Por supuesto, los antropólogos “objetivos” nos dan risa. Creemos que esa “objetividad” es imposible de alcanzar, una mera trampa ideológica. El mejor ejemplo de que son ridículos esos planteamientos dizque científicos de objetividad distante y fría lo encontramos en el insigne Claude Lévi-Strauss. Su libro Tristes trópicos es el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer al investigar comunidades humanas. Resulta de veras inquietante la forma en que este antropólogo francés se convierte en todo un “colonizador” de sus objetos de estudio, las comunidades amazónicas del Brasil, desde que cree que él sí sabe qué es lo que debe saber e informar sobre su presencia en la comunidad donde investiga, creyendo, además, que no les afecta para nada. Poco a poco se ha ido viendo que él inventó todo sobre esas comunidades, ya que en realidad produjo sobre ellas y su sociocultura un discurso de peritita ciencia-ficción. Bella literatura, que ni qué; pero sólo eso y nada más. Nada ayuda que Lévi-Strauss sea un idólatra del “pensamiento salvaje”, de todas maneras no lo entiende en forma democrática, al fin y al cabo siempre es un profesor francés, incapaz de ponerse de veras en el lugar del otro. Resulta incómodo que nunca hable del interés digamos que erótico o libidinal que siente por sus sujetos de estudio, el modo cómo resuelve los enredos del deseo y el amor con esas personas. Lo guarda en secreto, y no deja entender bien por qué estudia esas personas, por qué nos quiere hacer saber de ellas y lo que ellas saben.

Por eso nosotras tres desde el principio de todo esto nos propusimos involucrarnos subjetivamente con nuestros objetos de estudio, tratar con estas personas como gente de carne y hueso que no les considera meros conejillos de indias. Quisimos comprometernos en serio con la vida y la sociocultura del valle central de Oaxaca, desde nuestra realidad, desde nuestra verdad y certeza. Para estar en lo cierto. No podemos pensarnos como termómetro o barómetro o telescopio o algo así de rudo y sin conciencia, algo objetivo e inhumano. Queremos ser humanos tratando con humanos, estudiamos lo humano como nuestro, para mejorarlo, para vivirlo con más justicia y sabiduría, porque no nos creemos ser meros sabios académicos trabajando con objetos de estudio sin conciencia y libertad.

Nuestro lema de acción como investigadoras lo integran muy bien dos fragmentos de Heráclito el Oscuro de Éfeso:

[39] “La mucha erudición no enseña a tener inteligencia; pues se lo habría enseñado a Hesíodo y Pitágoras y aún a Jenófanes y Hecateo.”

[135] “El camino más breve hacia la buena reputación está en volverse bueno.”

Porque, como plantea en su hora Filón, allá en los orígenes del cristianismo filosófico: “todo hombre bueno es libre”. La libertad sustancial emerge de la bondad, que está por encima, entonces, de la sabiduría y la justicia, en tanto que sin bondad como sustento las otras dos son inhumanas, despiadadas, in-correctas.

De tal manera, evitando la erudición que inmoviliza y la justicia que se equivoca, queriendo ser buenas, es como nosotras tratamos con la gente del valle central de Oaxaca y de cualquier sitio que visitamos. Para así poder generar esta acción escrita de intercomunicación que se quiere esencial, con sentido, para todo mundo. Y conectar así con quienes pueden entender de principio, en tanto nos pueden pedir de inmediato explicación por lo equívoco y confuso del texto. Para hacer ciencia de la comunicación, que, necesariamente, desea ser buena reflexión, sobre la buena para la traducción de todo mundo con todo mundo, pues todo mundo, sea quien sea, para ser, necesita traducirse y traducir al/a otro/a. Traducir la buena para todo mundo. Una comunicación in-finita.

Que así ocurre, queriendo ir siempre más al corazón de todo. El/la Espíritu. Nuestra sustancia común. La trama de este argumento. Sobre estar en el mundo, con nuestra condición común de inmediato, mexicana e hispana, latina, extraña. Al margen de la institución globalizadota pero dándole sentido universal, es decir, un valor positivo.

Así nos preguntamos todo el tiempo: ¿qué significa unir la interpretación de piedras antiguas con la interpretación de vidas activas? ¿Cómo juntar la comunicación con el pasado distante y lejano, de algo siempre convertido en fragmento y parte, con la comunicación inmediata y total con gente de carne y hueso? Leer marcas antiguas sobre el estar ahí de las estrellas y luminarias en el cielo y tratar de entender el pensar y el desear de personas como don Nicéforo, su hijo el doctor Mendoza y las hijitas de éste y Claudio Gómez, secretario de la presidencia municipal de Santo Tomás Jalieza. Más el estar ahí de toda la gente que hoy día vive en Jalieza, la gente que hoy día es el verdadero Santo Tomás.

Entonces decimos que todo se junta en la voluntad de hacer mejor la vida humana. Que para ello emitimos este Informe. Pues consideramos que reflexionar sobre Oaxaca y Jalieza efectivamente ayuda para hacerlo todo mejor por medio de la democracia y la opinión pública, de principio, para desde allí mejorar el estado y el mercado correspondientes. Una cuestión de economía política y administración pública de la riqueza social.

Pensar lo que significa deber ser en sociedad hoy día. En medio del nihilismo galopante, cuando lo más nihilista consiste en creer en algo. Y cuando resulta claro que no hay forma natural y espontánea de gobernar bien nuestra sociedad, lo que quiere decir que el buen gobierno de la sociedad es siempre una cuestión de razón y voluntad, aunque la razón y la voluntad sean falibles y frágiles, porque el deber ser implica el bien común, que es algo que comienza al comunicarnos mejor, con mayor cuidado por lo que estamos haciendo, pues toda sociedad posible está fundada firmemente en un acto de comunicación. Iluminar esos actos “fundamentales” es un objetivo central de este ensayo. Queremos comunicarnos mejor con ustedes, quienes reciben este informe, persona por persona, conciencia individual libre por conciencia individual libre; pero también siempre de esta manera colectiva, amplia, pluri-personal-izada. Como nos deja hacer posible ahora mismo esta red de intercomunicación informática, La Red… INTERNET.

¿Filosofía de internet? ¿Periodismo en red? ¿Arqueología de la era electrónica? ¿Antropología de cyborgs mutantes’ ¿Qué más? Tal vez, todos esos conceptos, todas esas preguntas, ya estén pasadas de moda o, peor, fuera de contexto, incapaces de alcanzar la verdadera realidad del concepto que desean comunicar. Un concepto, ojo, que desea desbordar todo encuadre político previamente conocido, para tratar de avanzar, todavía hoy, hacia la utopía más radical, la comunidad de iguales, con equidad y voluntad de inclusión permanente, sin violencia, sin guerra, la sociedad por efectivo acuerdo social de los seres humanos. Quizá imposible. Pero hace que todo lo social y político, comenzando por la economía y la gastronomía, sea más correcto y efectivamente social y político… contrato social, acuerdo colectivo. Deber ser pactado en armonía. Contra el sufrimiento innecesario. Porque es posible.

La suma de información que nos da hoy día el valle central de Oaxaca resulta muy útil para pensar de inmediato lo que significa la globalización. Un cambio cuantitativo que ya se transforma en cualitativo, el ingreso histórico en un nuevo modo de producción, ni capitalismo ni comunismo, otro modo de producción. Que tiene mucho que ver con el autocontrol que el capitalismo supo producir sobre sí mismo, transformándose en forma radical en lo que ahora ya es otra cosa, algo nuevo, de principio más justo y equitativo, más universal e ilustrado. Lo nuevo. Que ya se ve por todas partes como nueva democracia, tanto en lo regional como en lo global. Nueva democracia. Según nuestra realidad. Resultado, es verdad, de un largo proceso histórico, que ni comenzó en Atenas ni terminó con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y un proceso que, para nuestra idea de México como camino a la utopía más lejana, tiene mucho que ver con lo que ahora comenzamos a ver y comprender como propio de Santo Tomás Jalieza.

Nuestro tema. Que quienes aquí nos reunimos de esta manera estemos por este medio en mejores condiciones y disposición para pensar de verdad en cómo mejorar la vida sin terminar empeorándola en forma grave. Algo que necesitamos pensar de modo tan amplio como sea posible para tomar decisiones correctas para el bien común durante los cambios políticos del próximo año. Momento histórico de veras decisivo para el bien de México, pues estamos igual de cerca, según parece, del Infierno que del Paraíso, todo es cuestión de tomar decisiones con plena responsabilidad democrática. Y de ello habla también este Informe, que no quiere quedar encerrado en la historia como pasado enterrado y concluido ni en el periodismo como efímera noticia insulsa y sin mañana.

Queremos estar hablando de lo más esencial e importante. Que es desde donde debe construirse el discurso político de la administración pública, lo mismo que la opinión personal concreta.

Aquí, en todo esto, esa cuestión desea expresar lo colectivo de nuestro pensar como suma de libertades que trabajan de esta manera. Investigando de esta manera. En Oaxaca, en Santo Tomás. Siempre más de una personas y siempre en forma de molécula o suma de átomos, nunca individualidad aislada, nunca una marca registrada o un mero logo o copyright. Más. Nuestra escritura. Esta acción comunicativa. Flujo de fragmentos, con fotos y comentarios.

Para tramar una verdad colectiva, más amplia. Abierta. Como reflexión básica sobre el deber ser de la libertad como hecho social.

Una libertad crítica, más allá del individualismo posesivo, donde libertad nada más es hacer lo que uno quiera, y también más allá del egoísmo compulsivo, donde la libertad tiene límites impuestos en forma represiva, pues resulta que es una propiedad privada, con fronteras, pues se supone que la libertad de uno sólo puede llegar hasta donde comienza la de otro, y así sucesivamente, una absurda suma de esferas aisladas por completo, incomunicadas, paradójicamente, por su libertad. Una libertad mayor que todo eso. Una libertad que definimos como saber hacer lo que todo mundo desea de verdad. Un acuerdo armónico.

Lo concreto en este caso. Que, para ser de verdad lo concreto, necesita ser la suma de muchas determinaciones. Una zona por donde cruzan muchas cuestiones y temáticas, muchas disciplinas del saber y caminos de la sabiduría. Pues en definitiva no deseamos sólo reproducir lo que ya se conoce, tanto en la forma de la expresión como en el contenido del significante. De allí la voluntad de ser una entidad colectiva, con muchos cuerpos y muchas mentes, con muchas personalidades. Algo que adquiere proporciones muy interesantes cuando ocurre, por ejemplo, durante una práctica profesional de campo con cerca de treinta estudiantes, grupos de personas contantemente cambiantes, diferentes. Que generalmente saben poco de lo que está ocurriendo, pero que aportan mucho para que todo ocurra de la mejor manera posible, y así consiguen aprender mucho en poco tiempo y con sus aportes nos conducen también a resultados más rápido de lo que conseguiríamos sólo las tres Chillys Willys. Por eso, durante esta última visita, el apoyo de Maricarmen, Ixchel y Gad resultó muy importante, tanto en lo que aprendimos durante la convivencia como lo que logramos durante nuestras acciones de investigación sobre la historia de Jalieza y sus piedras antiguas. También Claudio Gómez nos ayudó mucho en el trabajo de esta visita, sin su guía y ayuda hubiera sido imposible hacer muchas cosas que hicimos, como conseguir que Mendiola no se diera por vencido al comenzar a escalar las montañas próximas a Santo Tomás. Pero sus conocimientos sobre la región, su gente y su historia nos han iluminado como un gran solo lo que estamos haciendo allí, como seres humanos y como equipo de investigación.

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