Un texto de-generado. Quiere tratar de todo. Absolutamente de todo. Cosa insual. Un experimento. Un modo Chillys Willys de emplear este medio de comunicación. El medio eléctrico. Desde lo subalterno, desde los márgenes. Desde el afuera contracultural posible. Sobre el valle Central de Oaxaca y su sociocultura, teniendo como centro de interés la comunidad de Santo Tomás Jalieza. Ciencia(s) de la comunicación. Gastronomía histórica. Información. Entretenimiento. Ficción.

Wednesday, September 07, 2005

(CUATRO)

En las tres fotos que forman esta entrega de nuestro reporte de investigación sobre el valle central de Oaxaca, se ve lo que está inscrito como signos de escritura zapoteca en la Piedra de Letras Antiguas de Jalieza. Resulta físicamente imposible conseguir una foto donde se vea la piedra completa, por eso hemos recurrido a tres fotos para conseguir dejar ver todo lo que allí está inscrito.

Después de todo, llegamos a Santo Tomás en busca de esta piedra y con el plan de leer lo allí escrito. Quisimos verla en persona y tratar de descifrarla, así empezó esto de estar en Jalieza.

Por eso, aquí adelantamos algo sobre nuestra interpretación de la piedra…

Lo que allí encontramos es un texto muy raro en muchos sentidos, pues, hasta cierto punto, resulta inusual para las costumbres de las culturas que han habitado y habitan el valle central. Pues tan breve texto manifiesta una síntesis compleja y rara de signos provenientes de diversas cosmovisiones precortesianas: zapoteca, mixteca, maya, teotihuacana y ñuiñe, por decir lo más obvio y manifiesto… Y así es como este mensaje plantea una síntesis popular de conocimientos fundamentales para toda Mesoamérica, una simplificación extrema de ideas muy generales pero importantes, en lo que parece un puesta en escena especial para la gente común, es decir, una publicación de los conocimientos y creencias que la élite gobernante deseaba que tuvieran las gentes comunes. Más mito que historia, más poesía que teología. Más metáfora expresionista que descripción directa. Las élites recurrían a otro tipo de texto epigráfico para intercomunicarse, un tipo de escritura más complejo, más privado y más urbano, menos general y abstracto que éste. Por ejemplo, no hallamos nombres propios de persona, ni fechas específicas. También el estilo epigráfico de la élite para la élite era bastante más elegante y exigente, tanto en el contenido como en la forma; pues, hasta donde nosotras sabemos, no labraban las piedras tal como las encontraban en medio del campo, prácticamente siempre las trabajaban en forma de pirámide rectangular, es decir, en forma de estela.

Otro signo de rareza es que no tenemos noticia de que en el valle central haya otras piedras labradas de esta manera y situadas en medio del campo. Casi todas las estelas se encuentran dentro de tumbas o forman parte de edificios situados dentro de las ciudades. Por eso, esta Piedra de Letras nos parece de verdad muy rara, y, por ello mismo, interesante.

Resulta imposible determinar por ahora la fecha en que se produjo la inscripción. En realidad, resulta imposible establecer si todo se labró de una vez o si fue escribiéndose poco a poco, hasta llenar la superficie visible de la piedra. Todo lo que tenga que ver con fechamientos depende en mucho de la mera especulación, pues incluso puede ser que esta piedra escrita sea una producción reciente, no tan antigua como parece. Aunque, entonces, también resulta imposible decir que es una falsificación o algo por el estilo.

Sin embargo, nosotras preferimos pensar que sí es una inscripción prehispánica, ya que, si aplicamos la navaja de Occam a su desciframiento, parece más difícil de justificar la otra interpretación. Más bien, lo coherente y congruente es pensarla antigua, de otra manera resulta un tanto absurda e incomprensible. Entonces, puede que este mensaje epigráfico sí sea una producción zapoteca tardía, quizá del momento en que llega al valle central la dominación extranjera, ya sea la ñuiñe, la mixteca o la mexica, siempre antes de la llegada de los españoles. De manera que muy bien puede ser que esta piedra fuera labrada entre los siglos IX y XV de la era actual. Pero, la verdad de la verdad, sólo nos queda decir por ahora que la verdad quién sabe. Aun hay que trabajar mucho para intentar llegar más lejos.

La trama iconográfica de este mensaje o enunciado labrado en la piedra de Jalieza se integra por los siguientes signos: un sol, una flor, una serpiente cascabel, un numeral (cinco), dos fauces del cielo, un ojo del lagarto cósmico de los orígenes, una cruz-quincunce y seis signos icónicos de movimiento en la serpiente y emanación de perfume en la flor.

Y la diégesis posible o sentido discursivo de esta trama semiótica, de acuerdo a las condiciones de articulación y discurso de Mesoamérica en ese período, parece que quiere decir, más o menos, algo como lo siguiente:

“Si los movimientos celestes de la tierra-serpiente y el sol coinciden correctamente con los de la luna (representada por tres círculos concéntricos labrados en una piedra que está al lado de la que aquí mostramos), entonces la comunidad de la gente de las nubes recibirá de estas tres entidades cósmicas cinco flores de buena cosecha, cinco flores de digno sustento, es decir, una cosecha muy amplia y fructífera.”

Es un enunciado subordinado complejo, puede leerse desde muchos puntos de partida diferentes y se pueden realizar varios recorridos de construcción también diferente. Pero siempre la trama de este mensaje es de valor agrario, en principio. Un enunciado ideológico para legitimar el trabajo del campo (temporada de lluvias) y de la guerra (temporada de secas), o sea, el orden dictado por la élite sobre la gente común. El camino para sobrevivir como comunidad.

La cruz-quincunce, tal como está situada la piedra hoy día, apunta cada uno de sus brazos hacia uno de los puntos cardinales, lo cual comprobamos allí mismo con una brújula. Mientras que los cuatro rayos que emergen del sol apuntan hacia los solsticios o puntos límite hasta donde se desplaza el sol sobre el ecuador visual, dos rayos hacia el sur, marcando el ingreso del invierno (“secas”), y los otros dos hacia el norte, marcando el ingreso del verano (“lluvias”). La serpiente radiante parece que rodea la piedra por su parte inferior, cosa que nadie ha podido comprobar hasta ahora.

Por este objeto de comunicación antigua fue como llegamos por vez primera hasta Santo Tomás Jalieza. Una piedra labrada con signos prehispánicos. En apariencia antigua.

¿Y cómo fue que llegamos hasta ese lugar en el fondo del brazo sur del valle central de Oaxaca?

Todo comenzó la mañana de un domingo durante las fiestas del Lunes del Cerro de 2003, en la ciudad de Oaxaca, al estar trabajando en nuestra interpretación crítica del texto epigráfico de la estela funeraria de la Tumba 5 de Huijazoo, las tres Chillys Willys hicimos un rápido recorrido en taxi por Dainzú y Lambytieco, para ver si de verdad podíamos descifrar in situ sus imágenes iconográficas y epigráficas, y así comprobar entre nosotras que sí estábamos comenzando a entender el funcionamiento de la escritura en piedras de lo/as ben-ni-gula-zaa. Durante ese breve y rápido viaje por aquellas ruinas zapotecas del valle central, el taxista que nos acompañaba se dio cuenta de que sí conseguíamos leer con regular éxito y claridad la escritura antigua de lo/as zapotecas. Entonces fue cuando él nos invitó para que visitásemos su pueblo, Santo Tomás Jalieza, donde nos informó que había una piedra con letras antiguas, como esas que nos interesaba interpretar a las Chillys Willys.

Desafortunadamente, en ese momento no se nos ocurrió guardar por escrito el nombre de nuestro informante, ojalá pronto se pueda subsanar esta falta; pues, la verdad, ahora le estamos de verdad muy agradecidas por ello, la invitación y la información para llegar a Jalieza.

Hasta donde él sabía --nos siguió diciendo esa mañana, mientras manejaba rumbo a Tlacolula, donde íbamos a almorzar barbacoa de chivo enchilado en el puesto Juanita, atendido por Consuelo y su abuelita en el tianguiz dominical--: nadie en el pueblo de Santo Tomás sabía bien a bien qué era lo que allí está escrito, y mucha gente estaba de verdad interesada por saberlo, pues se dicen muchas cosas sobre esa piedra y sus significado. Él tenía noticia de que ya habían estado allí varios investigadores extranjeros estudiando esas piedras y las ruinas antiguas de la región; según parece, unos alemanes, una canadiense, un japonés y un suizo, y que este último hasta hizo algunos desenterramientos arqueológicos sistemáticos en varias partes; pero que ninguno de ellos les había explicado nada específico sobre lo que decía esa piedra.

De inmediato esta propuesta del taxista despertó nuestro interés y curiosidad por dicha piedra. Así fue como supimos que Santo Tomás se encuentra al oriente del brazo sur del gran valle de Oaxaca, por la carretera que va de la capital al aeropuerto y luego hasta Puerto Ángel, poco después de San Bartolo Coyotepec, muy cerca del pueblo de Ocotlán. También este amigo nos dio a entender esa vez que no era difícil ni muy peligroso acceder hasta la Piedra de Letras acompañados por un grupo de estudiantes de licenciatura. Incluso nos dio el nombre de la señora Florencia Chávez Antonio, quien, según nos informó, ella era la presidente del grupo de artesanos de textiles, para que la buscáramos en el mercado de artesanías del centro del pueblo, ya que doña Florencia nos podría ayudar para recibir apoyo de la comunidad y así llegar rápida y fácilmente hasta donde se encuentra la piedra en cuestión.

A partir de ese momento comenzamos a preparar tan bien como fue posible nuestra llegada como equipo de investigación a Santo Tomás Jalieza. Tenía que ser a través de una práctica profesional de campo, con estudiantes de comunicación y periodismo, para así poder llegar en las mejores condiciones académicas de investigar lo escrito en la piedra. Después de todo, somos un grupo independiente. Para realizar nuestros estudios organizamos este tipo de visitas, que, por el apoyo de lo/as estudiantes, permiten recabar mucha información en poco tiempo, lo mismo que poner a prueba de muchas maneras las hipótesis de trabajo.

Comenzamos a reunir información documental sobre el municipio y sus sitios arqueológicos. En realidad fue muy poco lo que pudimos encontrar. Por ejemplo, la información del INEGI y la del gobierno del estado de Oaxaca son inexactas, además de pobres y superficiales. De donde mejor información obtuvimos sobre lo/as zapotecas antiguo/as de Jalieza fue del libro Zapotec Civilization de Joyce Marcus y Kent V. Flannery. Tan sólo confirmamos por muchas partes que el pueblo era notable por la calidad de sus productos de artesanía textil, pues allí se tejía empleando todavía telares de cintura.

El viernes 24 de octubre del año 2003 fue cuando llegamos por vez primera hasta Santo Tomás Jalieza, íbamos ya con el plan de conocer y tratar de leer la Piedra de Letras Antiguas. Cosa que ocurrió tal como esperábamos.

Llegamos al centro del pequeño pueblo, hablamos en el mercado de artesanías con la señora Chávez Antonio, quien de inmediato nos llevó a la presidencia municipal, donde el presidente municipal, señor Enedino Mendoza Reyes, le solicitó al señor Adelfo Hernández que nos guiara y acompañara hasta donde está la piedra. Cuando salimos del edificio de la presidencia, la señora Chávez Antonio nos dio varios gises que había ido a conseguir en la escuela. Nos dijo que sería bueno que rayáramos con ellos lo escrito en la piedra, para poderla estudiar mejor. Pues así habían hecho ya las otras personas que la investigaron.

De principio intentamos llegar hasta la piedra en la unidad de transporte que llevábamos en esa práctica, conducida por el señor Abel Mejía (gran rockero clásico en la teoría y la práctica); pero las espinas de unos güizaches rayando el techo de la unidad nos detuvieron casi saliendo del pueblo, así que la unidad mejor regresó a esperarnos al centro del pueblo, mientras con el grupo recorrimos a pie el camino de tierra que va hasta el sitio donde se encuentra la piedra, cosa que de inmediato nos pareció más correcta en todo sentido, pues así tuvimos oportunidad de conocer mejor la región y de conversar con Adelfo, quien trabajó en las excavaciones e investigaciones llevadas a cabo por el suizo como trabajo de campo para obtener el doctorado en arqueología.

Todo fue ver la piedra con letras y retrazar los signos con los gises para comprender que sí entendíamos su significado. La serpiente radiante representaba nuestro planeta, el sol es el círculo con cuatro picos en diagonal, la luna eran los círculos concéntricos de la piedra que está a su lado, la buena cosecha la expresan el numeral cinco y el dibujo de la flor. Quien emite el enunciado son las fauces del cielo, los ancestros venerables de lo/as ben-ni-gula-zaa. Los receptores del mensaje, supusimos, fueron la gente común que tenía que trabajar la tierra siguiendo el movimiento del sol con la información que les daban los sacerdotes especializados para ello.

Luego, Adelfo nos mostró la otra piedra que también está en ese sitio, en el Llano de La Azucena, la Piedra de Estrellas. Que, como ya dijimos, creemos también haber entendido desde esa primera vez que la vimos.

En esta primera visita, Adelfo nos hizo saber de la existencia de un grupo de gente grande custodia de la lengua zapoteca de Jalieza, quienes estaban tratando de hacer un breve diccionario con palabras en esa lengua.

Regresamos a Santo Tomás cinco meses después para revisar la información fotográfica obtenida en esta primera práctica de campo, cosa que hicimos con ayuda otra vez de lo/as estudiantes de nuestros cursos de comunicación y periodismo. Lo que nos permitió confirmar nuestras interpretaciones e hipótesis, especialmente en lo referente a la Piedra de Estrellas. De tal manera, para confirmar en el sitio nuestra interpretación, regresamos a Jalieza con otra práctica profesional de campo, ahora durante la mañana del viernes 26 de marzo de 2004. En esta ocasión la presidencia municipal nos dio como guía y acompañante al señor Noé Hernández, arquitecto que se propone escribir una historia del pueblo y primo de Adelfo, quien también nos dijo todo lo que sabía sobre estas piedras y la historia y la sociocultura de Jalieza. Para esta segunda visita llevábamos más información sobre la posición de las estrellas durante la noche del 21 de diciembre, y de ese modo confirmamos nuestras hipótesis sobre el significado de la Piedra de Estrellas.

Por tercera vez regresamos a Santo Tomás un año después de la segunda visita, ahora durante la mañana del sábado 16 abril de este año (2005), en otra práctica de campo, ahora con estudiantes de los colegios de comunicación y gastronomía de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Ahora nos acompañó hasta allí el señor Romualdo Hernández, hermano de Adelfo. Y así fue como tuvimos oportunidad de poner por escrito con gis sobre la piedra en cuestión los nombres de las principales estrellas que allí creemos que se representan.

En esta ocasión, el recién elegido nuevo presidente municipal de Santo Tomás, el doctor Nicéforo Mendoza Mendoza, nos visitó en donde están las piedras antiguas. Así tuvimos oportunidad de explicarle nuestra interpretación, y luego él pudo confirmar con el mapa de las estrellas nuestra lectura de la piedra con orificios. Así fue como de inmediato nos ofreció su apoyo para poder continuar con nuestros estudios y luego tuvo la gentileza de invitarnos, a las más de treinta personas que íbamos en la práctica, agua de tejate, nieve de pitaya y un trago de mezcal en la plaza mayor del pueblo. También esa vez quedamos de acuerdo en hacerle llegar cuanto antes todo lo que ya teníamos escrito sobre el posible significado de estas tres piedras con marcas de escritura humana sobre su superficie. Cosa que hicimos, lo que sirvió para que pronto nos respondiera para informarnos de las investigaciones realizadas sobre esas mismas piedras por Josef Otto, importante estudioso alemán de los petroglifos, quien, hasta donde ahora entendemos, coincide por completo con nuestras lecturas.

La foto 4-A nos deja ver, de izquierda a derecha: una parte de la serpiente de la Tierra, la cruz que marca las cinco direcciones del mundo y el cielo, el Sol, la vibración de la serpiente y el cascabel de la cola de ésta. Mientras que la foto 4-B siguiendo la misma dirección de izquierda a derecha nos deja ver: el ojo del lagarto primordial, una vibración de la buena cosecha, el numeral cinco, o sea, un nudo o atado, las fauces del cielo con sus dientes rectangulares y la flor de la buena cosecha. Y la foto 4-C: nos deja ver el cuerpo y la cabeza con fauces abiertas de la serpiente terrestre, que, así, parece envolver la piedra entera por la parte de abajo, pues su cola sale justo del otro lado.

Tal es, en fin, la lectura que hemos realizado hasta ahora de esta Piedra de Letras Antiguas de Jalieza.

Resulta interesante imaginar las condiciones en que se produjo este conjunto de enunciados sobre el trabajo de la tierra. El momento en que fue necesario hacer manifiesto el valor de observar el cielo para saber cómo repartir el trabajo del campo. Pero entonces todo se vuelve opaco. No hay suficiente información todavía para imaginar algo claro.

Son conceptos, en definitiva, religiosos. Aunque, entonces, hablan de una religión sencilla y directa. Pero con figuras fantásticas, llenas de imaginación expresiva. Entonces, es bueno establecer aquí que la religión la entendemos como un aparato ideológico, en este caso, indudablemente, de estado. Una forma total de gobierno político.

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