Un texto de-generado. Quiere tratar de todo. Absolutamente de todo. Cosa insual. Un experimento. Un modo Chillys Willys de emplear este medio de comunicación. El medio eléctrico. Desde lo subalterno, desde los márgenes. Desde el afuera contracultural posible. Sobre el valle Central de Oaxaca y su sociocultura, teniendo como centro de interés la comunidad de Santo Tomás Jalieza. Ciencia(s) de la comunicación. Gastronomía histórica. Información. Entretenimiento. Ficción.

Wednesday, August 09, 2006

Jarabe de Mañanitas

Casi todos los días del año, según entendemos, Santo Tomás Jalieza despierta con una grabación de la canción Las Mañanitas que se oye a todo volumen por todo el pueblo. Una transmisión eléctrica en un mundo en apariencia, sólo en apariencia aún agrario. Es la canción para festejar a quienes cumplen años o festejan su santo o cualquier otro evento importante como los aniversarios de bodas.

Pero no se escucha únicamente una versión grabada de esta canción tan importante para la gente de México. No se escucha la versión oficial, que es sin duda la de Pedro Infante.

Jalieza despierta oyendo todas las versiones que han logrado reunir de Las Mañanitas. Según nuestra memoria, si faltan, serán muy pocas. Pues se oyen todas las que han tenido aceptación popular, incluidos Cepillín y Topo Gigio. Entendemos que ello coincide con el modo de hacer música de fiesta en el valle central, el modo cómo en las fiestas se tocan muchas piezas de música ligadas una tras otra, tal como ocurre en el tradicional Jarabe del Valle, una pieza que dura cerca de media hora, integrada por diferentes danzas o movimientos.

Jarabe de Mañanitas a diario en Jalieza. O casi a diario.

Es un hermoso modo común de comenzar el día.

Desde nuestra experiencia de ciudad grande, para recordar la poesía de José Martí, este uso y costumbre de los mil habitantes del pueblo nos parece algo relativamente incómodo. Una rara monotonía. Una rara imposición.

Pero una unidad simbólica. Una idea interesante de ser y estar en una formación social.

Suponemos que el caos político que brota hoy día del centro de la capital del estado secuestrada por rufianes socialoides debe afectar de muchos modos al valle central entero. Oaxaca cambia. De forma abrupta. Vive un exabrupto. Un exabrupto democrático.

Un problema causado por pocos pero insolentes será resuelto por muchos y demócratas. Creemos y esperamos.

Tal como escribimos más abajo en esta blog, es decir, desde hace días...

Todo ese caos urbano juega con el relato de las elecciones presidenciales y la ahora ya anticuada por siempre fracasada idea de que las cosas de la economía política pueden cambiar en forma revolucionaria, despreciando las leyes y el orden. Imponiendo el capricho de una minoría violenta sobre una mayoría democrática. O como popularmente se dice: ¡a chaleco!

¿Importa mucho saber quién mueve los hilos de los secuestradores de Oaxaca y destructores de la Guelaguetza? Quizá. Basta con recordar que por allí puede andar la fuerza real de Elba Esther Gordillo. Pero lo grave en sí es que allí están. ¿Hay qué preguntarnos por qué pueden estara como están, allí? Ponen a prueba la voluntad de paciencia y diálogo de la democracia que se construye en este momento de forma nueva en todo el país. Una democracia que en lo evidente se mejora a través de este proceso de elecciones de ejecutivo y legislativo.

Como van las cosas, parece que al final del proceso de crisis predominará la razón y con ella la ley. Será difícil que se recupere el orden por medio del diálogo y el consenso, por medio del acuerdo y la concertación. Los ultras son ultras porque no dialogan ni quieren dialogar, en ese sentido son conservadores y románticos, creen en la fuerza de los golpes de estado, creen en la fuerza de la ruptura total que es una guerra civil. Pero eso, la solución democrática ideal, es lo que esperamos y deseamos que más ocurra. Que se imponga el orden en que vive el valle central y el estado. Un orden injusto, si se quiere, pero legal y democrático, correctible desde la paz social y el respeto a las leyes del mercado, el estado y la opinión pública, triángulo de fuerzas donde se construye la "paz" en que estamos y la mayoría quiere estar.

De todas maneras, sea como sea, estas huestes de maestros ultraconservadores de muy baja calidad docente y alta combatividad partidaria contra el neoliberalismo son quienes intentarán dar cierta lógica "proletaria" de revolución a las huestes de lumpenproletarios clientelares que acaudilla López en la ciudad de México, según parece, pagándole doscientos cincuenta pesos a cada uno de los que pernoctan en su bloqueo. El problema, pensamos, es la unión misma de ambos conjuntos de agitación callejera y carretera. Será obvio que los pseudo maestros de Oaxaca, donde aparece en las sombras la mano de Elba Esther Gordillo moviendo los hilos y el tinglado, estarán haciendo "entrismo" proletario en las agrupaciones precaristas del grillito tropical de luz porril de Tabasco.

No hay una acción de resistencia. Estos grupos han sido los agresores iniciales.

No es una acción civil. Los organizan y dirigen agrupaciones políticas de carácter partidario.

Ni es una acción pacífica. En tanto que ya a diario violentan las condiciones reales de trabajo de personas concretas, es decir, en tanto hacen la guerra sacrificando primero que nada a sus camaradas de clase. Diciendo que lo hacen contra los ricos de arriba.

¿Se oirán mañana en la mañana Las Mañanitas en Jalieza? ¿Cuándo comenzará el pueblo de mil habitantes a ingresar de lleno en la nueva democracia real de México y dejarán de estar en sus usos y costumbres? ¿En qué momento Las Mañanitas dejarán de ser un hecho público manifiesto y se reducirán al espacio de lo privado particular y cada quien escuchará la versión o versiones que quiera de ella? Lo contrario, pensar que todo mundo esté haciendo lo mismo al mismo tiempo y todo el tiempo es algo muy difícil de recuperar en los hechos, si es que de verdad ha ocurrido tal unidad como un modo correcto de existir en sociedad; cuando el mundo eléctrico que se globaliza va a otra velocidad.

Así seguimos en conexión con la Oaxaca que estudiamos y aprendemos a querer como nuestra, al grado que mucha gente todos los días nos dice que les preocupa lo que hoy día ocurre como caos político en la capital del estado, pensando que las Chillys Willys nacimos en Oaxaca.